Puerto Montt es raro, porque el mar está al sur y no como en todo Chile en que uno mira hacia el Oeste y se encuentra con el agua. Además, es mar interior, está protegido por Chiloé y el fondo de mar es plano. Por todo cuando uno mira el mar se da cuenta que no tiene olas y, aunque cuesta creerlo, su temperatura es mucho más grata que en todo el litoral central.
También es raro porque el mar se encrespa levemente con el viento sur, que es un viento helado que trae buen tiempo. O sea, la temperatura baja cuando hay sol. El viento norte es cálido, pero trae lluvia. Por eso nos gusta la lluvia.
Y también porque es una ciudad joven, fundada a mediados del siglo pasado cuando se descubrió el Lago Llanquihue, se colonizó su entorno, se tuvo que buscar por donde sacar la producción y se encontraron con un primitivo y tranquilo Melipulli. Hasta esa fecha lo importante era el Camino Real, que unía las principales ciudades como Valdivia, Osorno, Maullín y Calbuco que era por donde pasaba la gente que iba hacia el último reducto español, como se denominaba a la isla grande de Chiloé.
Y Puerto Montt se convirtió en el centro del sur. Por su puerto, asentado frente a la Isla Tenglo, empezó todo el cabotaje hacia el sur donde no había caminos. Circularon barcos pequeños como el Tenglo y el Trinidad que abastecían Chiloé y Chiloé Continental como llamaban a la actual Provincia de Palena, y otros grandes como el Puyehue, el Villarrica, el Osorno y el Navarino. Todo pasaba por Puerto Montt.
Luego vinieron los aviones que se asentaron hasta el terremoto del 60 en Chamiza y luego en el actual aeropuerto de El Tepual.